viernes, 12 de noviembre de 2010

Magnifico Animal






Me he dado cuenta al verte,

tumbado en el pasillo,

echado con la mirada perdida,

que tus ojos carecían de brillo.



No se si porque te estabas durmiendo,

parecía que pensabas,

que estabas en un lugar lejano,

criando a tu propia manada.



A veces si te comprendo

pero también a veces olvido,

que no basta tan solo

con darte un poco de cobijo.



Porque en mi ajetreada vida

tu siempre has estado,

sirviéndome tu lomo,

o lamiéndome las manos.



¡Cuantas veces mis lagrimas

fueron derramadas sobre tu pelo!

¡Y como tus ojos tristes

comprenden el sufrimiento!



Y emprendimos la misma lucha,

intentando hacer comprender que,

aun con tus dimensiones,

tu también sabes querer.



No sabes como lamento,

haber podido olvidar,

que aunque hemos seguido creciendo,

todavía podemos luchar.



¡Que sabia la frase que dice

que solo te falta hablar!


Me he dado cuenta de repente,

al verte tan distraído,

que, seguro, echabas de menos

tanto mis abrazos, como yo tus ladridos.

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